ADN

¿Descendemos de todos nuestros antepasados?

Imaginemos un árbol genealógico ideal que recoja por completo 15 generaciones de antepasados. Se remontará aproximadamente unos 500 años atrás. Por simplificación, consideraremos que no ha habido consanguinidad ni ilegitimidades o adopciones encubiertas. En este escenario, la generación más lejana estará compuesta por 32.768 personas. Afirmaremos, según la terminología genealógica, que son nuestros antepasados directos, es decir, que descendemos de ellos.

Ahora bien, teniendo en cuenta que ya de por sí es una abultada cifra y que además se duplicará hasta cantidades ingentes si avanzamos algunas generaciones más, cabe plantearnos una duda a medio camino entre la genealogía y la genética: sabemos que nuestro ADN es resultado de miles de sucesivas combinaciones pero ¿almacenamos en nuestros genes un poco de todos y cada uno de nuestros antepasados por remotos que sean?

El hecho es que no contamos aún con bases de datos de ADN tan antiguas y completas respecto a una sola persona para responder con resultados reales, pero con los conocimientos actuales sobre transmisión y patrones de combinación genética en humanos sí se podría realizar una estimación. Y de hecho la podemos encontrar en el blog de Graham Coop, miembro del Departamento de Evolución y Ecología de la Universidad de California en Davis, cuya propuesta voy a intentar explicar. Habrá que entrar en algunos conceptos un tanto áridos de genética y formulación, pero serán el soporte necesario para evaluar si nos parece correcta la hipótesis.

La desigual transmisión del adn

El punto de partida será definir qué entendemos por material genético y cual es el mecanismo de transmisión entre generaciones. Volviendo a los criterios expuestos en fundamentos del ADN, consideraremos que el ADN de cada persona es el conjunto contenido en los 23 pares de cromosomas presentes en las células humanas más el material genético que almacenan sus mitocondrias.

Las mitocondrias se heredan íntegramente de la madre, lo que quiere decir que en cada generación de antepasados solo contamos con un donante de ADN mitocrondrial, que sería la abuela materna directa enésima. Igualmente restrictivo para los hombres es la transmisión del cromosoma masculino Y, necesariamente presente en el par de genes 23; todo varón tiene un solo donante de este cromosoma en cada generación anterior, procedente siempre de su padre, y en cada generación anterior sólo hay un origen, el abuelo paterno directo enésimo. Por tanto, en cuanto a estos dos componentes de nuestro ADN ya conocemos la respuesta; tan solo tendremos 2 antepasados genéticos sea cual sea la generación que consideremos.

Transmisión del ADN

Donde sí hemos heredado efectivamente un conjunto de material genético de muchos de nuestros antepasados es en los restantes 22 pares de cromosomas no sexuales (numerados del 1 al 22 y denominados autosomas) así como en el cromosoma o cromosomas X del par 23 que determinan el sexo femenino (hará uno de ellos en los hombres y dos en las mujeres). Estos últimos cromosomas, siguen un patrón de transmisión diferente al resto por cuanto pueden ser dobles en las mujeres o uno solo en los hombres y tienen oportunidad o no de combinarse. Para simplificar el análisis nos centraremos en los primeros 22 pares ya que las conclusiones serán esencialmente las mismas. Veamos cómo se transmiten los autosomas.

Cada persona recibe de sus padres un 50% de material genético autosómico. Cada progenitor le transmite 22 cromosomas que se unen a otros tantos y forman los nuevos 22 pares. Estos cromosomas que lega cada progenitor son el resultado de que sus propios pares de cromosomas, nombrados siempre por pares puestos que físicamente son dos larguísimas hebras unidas permanentemente, se desligan para unirse al material genético del otro progenitor. Si simplemente se desunieran las hebras y se transmitiera íntegramente una de ellas, estaríamos legando a nuestro hijo un cromosoma idéntico al que heredamos de uno de nuestros padres. En ese caso, el hijo tendría 22 pares de cromosomas, mitad del padre y mitad de la madre exactamente iguales a los que podríamos encontrar repartidos entre los respectivos cuatro abuelos. Y esto querría decir que nuestros 22 pares sólo tendrían como máximo su origen en 44 antepasados diferentes, donantes de los respectivos cromosomas, cifra que no aumentaría por muchas generaciones atrás que nos remontásemos.

Sin embargo, cuando se produce la partición de los pares de cromosomas no tiene lugar una simple desunión de las dos hebras unidas sino que se producen recombinaciones, se transfieren segmentos de una hebra a otra y la elegida es en realidad es una mezcla de ambas; por tanto, el cromosoma que heredará nuestro hijo no será una sencilla partición de nuestro par cromosómico sino un auténtico «collage» del par del que procede. Un nuevo y único cromosoma diferente a los dos que lo crearon, con segmentos de ambos en una proporción y cantidad que puede ser muy variable.

Ejemplo de transmisión de las cadenas de ADN en los autosomas
Los pares de cromosomas autosómicos se combinan en cada generación, dando lugar a una incesante «lotería genética».

Llegamos a la clave del razonamiento, puesto que si somos capaces de determinar cuantos «trozos» diferentes de material genético hemos podido heredar de cada generación de antepasados podremos compararlo con el número total de éstos. Si el número de estos segmentos supera al de los antepasados podríamos descender de todos ellos (aunque habría que valorar el efecto de que más de un segmento provenga de un solo antepasado). Pero si hemos heredado menos segmentos que antepasados tenemos para esa determinada generación entonces será evidente que no descendemos genéticamente de todos ellos.

Comenzaremos con la sencilla fórmula que nos calcula el número de antepasados por generación. Sabiendo que esta cifra parte de 2 y se duplica a medida que retrocedemos, la cifra de antepasados vendrá dada por 2^k, siendo k el número de generaciones que consideramos. En el supuesto de partida sabemos que 15 generaciones hacia atrás teníamos 2^15 antepasados, 32.768 personas.

Menos intuitiva es la estimación de los bloques genéticos que hemos heredado de cada generación anterior. Como mínimo tenemos la certeza de que cada progenitor nos ha legado 22 bloques genéticos, que son los cromosomas que invariablemente se transmiten. Pero además hay que añadir las recombinaciones puesto que esos 22 cromosomas son en realidad un «collage» de los dos cromosomas parentales. Sin embargo, no existe una cifra fija de recombinaciones y sabemos que son más frecuentes en unos pares de cromosomas que en otros, influyendo también el hecho observado empíricamente de que la tasa de recombinaciones es mayor en las mujeres (es decir, aunque transmiten la misma cantidad de ADN, está más fragmentado que en los hombres).

Basándose en los datos experimentales, Coop considera un promedio de 33 recombinaciones esperadas por parte del material genético que nos lega cada antepasado, lo que indica que de cada uno recibiremos un conjunto de 55 bloques, 22 por cada cromosoma más 33 recombinaciones. Si lo aplicamos al total de bloques heredados de una determinada generación anterior lo formularemos como 2*(22+33*(k-1)). La fórmula comienza por 2 ya que estamos calculando los bloques heredados por cada progenitor y considerando 2 progenitores. 22 son los cromosomas, 33 la cifra promedio de recombinaciones y k la generación de referencia.

Diversidad de antepasados y de ADN recibido

Gráficamente puede observarse cómo la cifra de cadenas de ADN diferentes que podemos heredar tiene un crecimiento notablemente más lento que la cifra de antepasados totales, que aumenta exponencialmente. Es decir, hasta la novena generación podríamos descender de todos nuestros antepasados, pero a partir de ahí nuestra herencia genética es mucho más limitada y se dispara la cifra de antepasados de los que no somos descendientes genéticos.

Por tanto, como podríamos prever, la probabilidad de que en nuestros genes se conserve alguna secuencia de un antepasado decae a medida que más lejano es éste. Pero lo sorprendente es que esta probabilidad no desciende proporcionalmente sino que literalmente se desploma a partir del punto de inflexión que marca la novena generación.

Desarrollando esta estimación, sería también calculable la probabilidad de descender o no genéticamente de un antepasado en función de la distancia generacional con él. Para ello Coop se basa en la fórmula estadística de la distribución de Poisson estableciendo que la probabilidad de no descender de una persona se determinaría por la fórmula exp(-(22+33*(k-1))/2 (k-1)), de modo que la probabilidad inversa, la de sí descender, es de 1-exp(-(22+33*(k-1))/2 (k-1)). La justificación y detalle de este planteamiento pueden consultarse en el blog de Coop.

El resultado de esta fórmula es muy interesante como puede comprobarse:

Probabilidad de descender de un determinado antepasado

La probabilidad de descender genéticamente de nuestros antepasados más cercanos se mantiene casi en el 100% hasta la quinta generación. A partir de la sexta se inicia un descenso muy brusco y la probabilidad llega ser menor al 1% a partir de la 16º generación y del 1 por mil en la 23º. Aunque la probabilidad decae casi hasta cero esto obviamente no quiere decir que no descendamos de ningún antepasado de la generación 23º sino que habiendo tantos antepasados totales, hay muy pocas posibilidades de que uno en concreto nos haya legado una cadena de ADN.

Como conclusión hay que recordar que estas cifras son estimaciones basadas en promedios y que por tanto no deben ser tomadas como referencias absolutas. Se han elaborado considerando que no existe ningún tipo de consanguinidad, algo que a medida que retrocedemos resulta inevitable y creciente. La simulación puede ser muy apropiada para un horizonte de hasta 15 generaciones, como planteamos al inicio. A partir de ahí la cifra total de antepasados resulta imposible en la práctica ya que puede llegar a superar a la población total del país. Y por tanto, la probabilidad de descender de una determinada persona seguirá en las primeras generaciones una curva descendente como hemos visto pero llegará un momento en que comenzará a incrementarse de nuevo puesto que si nos remontamos a épocas donde las cifras de población eran muy bajas, puede ser altamente probable que descendamos de aquellas personas.

Recordemos también que hemos descartado a nuestra antepasada directa femenina (ADN mitocondrial) y el paterno directo (ADN-Y) en el caso de los varones, que nos añadirían dos personas que en cada generación sabemos que han sido ascendientes directos nuestros. Tampoco consideramos los cromosomas sexuales femeninos X que aumentarían a su vez la cifra de antepasados genéticos, con doble incidencia en las mujeres (portadoras de XX) respecto a los hombres (cuyo par 23 se compone de XY).

El modelo de Coop parece bastante consistente aunque sus resultados dependen directamente de la variable estimada de recombinaciones. No obstante, aunque pueda variar sensiblemente en un sentido u otro la comparativa entre segmentos de ADN heredados y número de ancestros, que es el argumento clave de la propuesta, parece no haber duda de que podemos dar respuesta a la pregunta inicial: no descendemos de todos nuestros antepasados. Y de hecho se puede atisbar que en toda genealogía habrá grandes grupos de antepasados que no sean ascendientes genéticos, cada vez más amplios y mayoritarios a medida que nos alejamos en el tiempo. Quizás debamos cuestionarnos, o al menos relativizar, algunos principios genealógicos que solemos considerar fundamentales e incluso reflexionar sobre qué sentido y alcance tiene nuestro árbol genealógico familiar cuando se aleja cientos de años del presente…  pero ello será motivo de un nuevo post.

Antonio Alfaro de Prado

58 comentarios en «¿Descendemos de todos nuestros antepasados?»

  • Osea, solamente comparto ADN con mis padres y con mi bisabuelo paterno paterno (generación que más lejos he llegado) (se llamaba Antonio Sarrias Delgado natural de Jimena de la Frontera) y con mi pentabuela materna materna materna materna materna ( donde más lejos he llegado) (Se llamaba Ana Espinoza, nacida entre 1830 y 1840 aproximadamente y natural de Algeciras)

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  • Hola Antonio, compartimos el apellido Alfaro y justo ese es el que me trajo aquí ya que segun familysearch llegue a vincularlo con los faraones de Egipto, Herodes y Gengis kahn y me parecia absurda esa situacion.

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  • Que no nos hayan llegado genes de muchos antepasados no quiere decir que no descendamos de ellos. Fueron eslabones indispensables sin los cuales no hubiéramos existido. Lo que si es verdad es que, para cualquiera que valore sus raíces, si nos remontamos 200 años atrás tiene más sentido identificarte con tu nación que con tu familia, y si nos remontamos 2000 años atrás tiene más sentido identificarte con tu civilización que con tu nación.

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  • Interesante artículo. Tengo una duda: provengo de un país en donde hay una importante colectividad judía. Algunos hacen referencia a sus antepasados que vivieron hace 2.000 años. ¿Pueden hacer esta afirmación, de que son descendientes de esos hebreos? Entiendo según este artículo que no. También hay que considerar las conversiones, pero en este caso, el de un judío que efectivamente tenga un antepasado de aquella época.

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    • La genética actual muestra que los judíos helenístico-romanos (askenazis, sefarditas, etc.) muy claramente NO descienden de los judíos bíblicos sino de poblaciones conversas de Chipre o Asia Menor (aproximadamente las mismas en las que surgió el primer cristianismo, secta judía muy claramente). Quienes sí que descienden de los judíos y canaanitas históricos son los palestinos.

      Otras poblaciones judías tienen otros orígenes pero igualmente conversos (Yemen, Axum, etc.)

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  • Hola, mi bisabuelo Benito Vázquez Merino, fecha nacimiento entre 1854 a 1858, se casó el 5-8-1886 en la parroquia San Gregorio de nacianceno Mayarí, Holguín, Cuba contaba con 30 años presumimos que nació en 1856 natural de Ourense hijo de Manuel y Antonia naturales de Negrelle,Ourense, fue militar, falleció en Cuba e buscado en varias localidades aledañas a Mayarí la defunción en Iglesias y Registros y nada, necesito la partida de nacimiento, gracias

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  • Hola, me gustaría saber cuantos descendientes llega a tener en promedio una persona a lo largo de 500 años?. Por ejemplo; una persona que nació en el año 1500, cuantos descendientes directos en promedio tendría hasta el año 2000? Gracias.

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  • Pues yo tengo una duda que no consigo despejar; lo ha buscado pero no encuentro respuesta (perdón por mi ignorancia): se maneja el signo ^… y no sé cómo operar con él. No consigo entender cuál es su función en 2^15… aunque obtenga el resultado de 32.768. Gracias por la aclaración.

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    • Aclaración: sé lo que es el caret… pero no entiendo ese 2^15. No entiendo cómo se obtiene el resultado dado. Gracias de nuevo.

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    • Es la operación matemática «potencia», en este caso «x^2» se lee «x al cuadrado». Normalmente, a mano, lo escribiríamos con «superscript» para el «2» y sin el signo «^» pero eso es un poco complicado con ordenadores, luego desde hace ya décadas se usa por convención el signo «^» para signiricar la operación «potencia». Se usa en programación sobre todo (donde también se usa «*» para multiplicación, por cierto).

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      • Pues muchas gracias Maju por la explicación. Ahora sí lo he entendido.. Es que de programación sé más bien poco (o nada, mejor dicho).Felices fiestas.

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  • Quiciera saber sibre mi abuelo paterno este se llamaba Porfirio Miranda Ramirez era Español

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  • Hola, tengo una duda.
    La primera: Tengo cabello rizado herencia de mi abuela paterna. ¿Cómo se fue transmitiendo este gen si al pasar cada generación se va perdiendo las características genéticas? El origen del cabello rizado posiblemente sea africano, entonces «mi primer ancestro» era de ese lugar?

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    • Tengo otra más: ¿Es posible que en un resultado de un test ancestral dé el lugar exacto de los ancestros? Por ejemplo, mi tatarabuelo paterno era español y el materno ruso, puede salir la ciudad en el que es origen?

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      • Respecto a la segunda pregunta, la respuesta es «no». La genética comercial («individualista») te puede orientar sobre qué poblaciones modernas podrían estar más relacionadas contigo pero una precisión así como mucho te puede sugerir: rusos y españoles son algo diferentes, no mucho, pero es mucho más difícil o directamente imposible distinguir entre Córdoba y Valladolid o entre Sebastopol y Moscú. Cuanto más diferenciadas (recíprocamente aisladas en la historia y prehistoria) sean las poblaciones a comparar, más fácil discernir. Es fácil distinguir entre Lagos y Bruselas pero no entre Bruselas y París.

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    • Todos los «primeros ancestros» humanos eran africanos y probablemente tenían el cabello rizado tipo «afro» (que no sólo encontramos en toda la diversisda africana sino en muchas poblaciones macro-asiáticas también). En realidad lo que no sabemos es de dónde viene el cabello liso, mi especulación (en base a alguna genética conocida de la queratina) es que puede ser de origen neandertal.

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      • Claro, puede ser herencia de los Neanderthales, pero también podría ser de homo sapiens que se fueron adaptando en Europa? (Que podría hacer que el cabello cambie a liso o a ondulado?) El frío?
        Saludos

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        • No sé cuál es la razón, podría ser estética incluso, ni idea, sólo sé que algunas poblaciones macro-asiáticas (melanesios, andamaneses, orang asli, etc.) retienen el tipo ancestral rizo fino («afro») pero la mayoría no y, entre éstos la genética ha detectado un patrón de selección positiva de un alelo neandertal para la queratina (por contra hay selección negativa de otros alelos neandertales relacionados con la reproducción, en especial en el cromosoma X). Por eso mi hipótesis de que estaría detrás del cabello liso (aunque la queratina también podría afectar a piel y uñas).

          Podría ser como dices mejor para proteger del frío, pero esta selección se observa también en poblaciones tropicales como las de India o Australia (aborígenes), así que no lo veo claro. Sí que creo que el tipo ancestra «afro» es una adaptación a la insolación tropical, optimizando probablemente protección de la cabeza con ventilación del cuero cabelludo, pero posteriormente, como somos animales sociales y familiares incluso, podría haber tenido incluso una selección estética, como ocurre con rasgos de las aves a menudo. No sé.

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  • Quisiera hacer una pregunta, desde luego que la mayor parte de lo que ahí dice no lo entiendo, soy simplemente ama de casa,esta es mi pregunta si yo tengo un 0,8% de equis etnia eso quiere decir que el antepasado de quien heredé ese porcentaje está en el rango de la 16 generación?

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    • No necesariamente: 0,8% está en el rango de «ruido», dónde exactamente trazas la línea es poco claro pero yo diría que todo lo que esté por debajo del 2% deberías ignorarlo porque es demasiado impreciso. Incluso por encima es dudoso en algún grado, ahora ya si te da más del 5%, entonces es más significativo seguramente.

      A no ser que seas africana (o de raíz reciente en ese continente), tendrás aprox. 2,5% de neandertal y eso no quiere decir que sea reciente: es muy antiguo pero está «fosilizado» en el genoma humano de las poblaciones «macro-asiáticas» (o «no-africanas») porque es un «efecto fundador». Igualmente puedes tener diversas herencias que parecen ser esto o aquello pero en realidad son parte del bagaje de tus ancestros más «normales» (menos inesperados), o, como digo, meramente ruido, porque al final es una aproximación estadística y las estadísticas son algo imprecisas siempre.

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  • Ayuda!!!!!!!
    Si la tierra fuera desierta, excepto una pareja, estos tienen hijos sucesivamente hasta 2.000 años, los últimos nacidos no tendrían ningún gen independiente de la pareja inicial??? es lo que dice el articulo

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    • En 2000 años habrían acumulado algunas mutaciones, suponiendo que sobrevivieran, porque estás hablando de un cuello de botella extremo, de endogamia fundacional máxima, lo que muy posiblemente haga a la población inviable (no hay diversidad genética alguna, salvo mutaciones).

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      • muy interesante de cualquier modo. En 300 años, si vivimos mucho tiempo, casi nada quedará de nosotros, no obstante lo cual algo transmitiremos, que se irá modificando.
        No queda claro del todo la cuestión, creo porq aún no está establecida y estudiada por completo.

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