El Catastro de Ensenada (1750-54), esencial para la historia familiar
¿Por qué y para qué querrá la Corona de Castilla exigirme que declare todos mis bienes y rentas? Esta fue sin duda la pregunta, en muchos casos airada, que recorrió todo el reino a mediados de 1700 cuando se conoció un decreto sin precedentes hasta la fecha estableciendo que pueblo por pueblo, casa por casa y finca por finca se iba a realizar un recuento exhaustivo y riguroso de todas las personas y riquezas del territorio. La respuesta es tan obvia como la que suele acompañar a toda indagación de la Administración sobre nuestra riqueza: recaudar más. Y el hecho es que se buscaba una reforma fiscal modernizadora, algo que no sería del agrado de muchos de nuestros antepasados pero que ha generado un conjunto documental impresionante.
Nos referimos al llamado Catastro de Ensenada, el interrogatorio realizado en la Corona de Castilla sobre las características económicas y geográficas de todas sus poblaciones y la información detallada sobre los vecinos, familias, bienes, oficios y rentas. Fue decretada en 1749 por Fernando VI a propuesta de su ministro Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada.
¿Qué interés tiene para el genealogista? Nos permite identificar a toda la generación de nuestros antepasados directos que eran adultos en 1750 (nada menos que entre 250 y 500 cabezas de familia) y conocer su entorno familiar, actividades, patrimonio y rentas, con un desglose propio de las actuales declaraciones de Renta y Patrimonio. Es probablemente la mayor y más profunda información familiar y económica que podamos encontrar jamás sobre ellos en un solo documento.
En unos casos conoceremos al detalle los habitantes de cada casa y sus edades, en otras se mencionarán de forma más resumida. Descripciones de las casas, que pueden llegar incluso a ser descritas con la distribución de todas sus habitaciones. Cabida, perfil y calidades de las fincas rústicas. Recuento de ganaderías, relación de oficios y rentas que en general, por comparación con los bienes e ingresos de los demás vecinos, nos mostrarán el nivel de bienestar económico. Un retrato que podemos estimar bastante riguroso ya que las disposiciones fueron muy exhaustivas y contemplaban severas multas para quienes ocultasen información o aportasen datos falsos.
Consideraciones previas muy importantes para evitar decepciones a quien lo consulte. En primer lugar es muy conveniente que tengamos identificados a nuestros antepasados en estas fechas, 1750-54. Si estamos aún comenzando nuestra genealogía, dejemos que la investigación avance para que podamos asociar a ciencia cierta los nombres del catastro con nuestros familiares y evitar errores o realizar suposiciones arriesgadas.
En segundo lugar, también es esencial conocer donde vivían o podrían vivir, dentro de la Corona de Castilla ya que el Catastro se efectuó en este reino únicamente, no incluyéndose las provincias vascas ni Canarias por su fiscalidad propia. Quedaron por tanto excluidos, además de estas provincias, el Reino de Navarra y la Corona de Aragón (actuales Aragón, Valencia, Cataluña y Baleares). Tengamos en cuenta además que si una persona tenía posesiones en varios lugares lo encontraremos mencionado en todos ellos. En el de su residencia aparecerá como vecino y en los demás en el apartado relativo a «hacendados forasteros».
Por último deberemos conocer a qué provincias pertenecían las localidades que queremos localizar ya que se realizó en función de la organización política de la época, muy diferente a la actual (ver mapa y consultar el buscador de PARES). Algo que, como veremos, es muy importante para localizar las declaraciones individuales.
El Catastro se dividió en varias secciones pero lo importante es que conozcamos que hay dos grupos esenciales cuya denominación no es considerada muy técnica pero que nos aclara perfectamente su contenido: las respuestas generales que nos describen la riqueza y los principales datos de cada entidad de población a nivel general y las respuestas particulares donde cada cabeza de familia declara sobre sus familiares al cargo, bienes y rentas. Sin duda el principal interés genealógico nos lo aportan las respuestas particulares, pero conviene revisar las respuestas generales porque en ellas se incluyen muchos nombres y oficios que pueden ser interesantes.
Las respuestas generales se conservan en el Archivo General de Simancas, han sido digitalizadas y se pueden consultar en el portal PARES sobre el Catastro de Ensenada. Adicionalmente, otra copia de estos interrogatorios se entregó a cada población.
De las respuestas particulares se realizó una copia que quedó en cada municipio y otra que se envió a la capital de provincia, concretamente a su Contaduría. Es aquí donde el estado de conservación es muy diverso. Lo enviado a las Contadurías ha pasado en la mayoría de los casos a los archivos históricos provinciales salvo las pérdidas de fondos que se produjeron por diversas causas (ver el siguiente mapa). No obstante, otra copia quedó en poder de cada municipio y deberemos consultar en los archivos municipales correspondientes.
En cuanto al resto de España, su único equivalente en cuanto a fechas, amplitud y contenidos lo encontramos en el Catastro de Patiño realizado en Cataluña 1715-1716 cuyos documentos se conservan íntegros en el caso de la provincia Lérida, custodiados en el Archivo Provincial (ver inventario). Para las restantes provincias habrá que recurrir a sus archivos municipales.
Antonio Alfaro de Prado
Recursos sobre Ensenada en la red:
– Portal PARES sobre el Catastro de Ensenada. Contiene las respuestas generales así como una amplia información sobre la realización y el contenido del Catastro.
–Digitalizaciones del Catastro de Ensenada en FamilySearch. Especialmente las poblaciones pertenecientes a las actuales provincias de Ávila, Córdoba, Rioja, Madrid, Ciudad Real, Jaen, Murcia y Toledo. También algunos censos puntuales de Albacete, Badajoz, Cáceres, Guadalajara, Salamanca, Soria, Alicante, Cuenca, León y Segovia.
–Portal sobre el Catastro de Ensenada en La Rioja. Creado por el gobierno autonómico, muestra las digitalizaciones y un estudio sobre este conjunto documental.
-En Extremadura la digitalización parcial de los archivos municipales ha permitido disponer en red de algunos libros de este Catastro, publicados por los archivos de la Diputación de Badajoz, y la Diputación de Cáceres.
-Video acerca de El Catastro de Ensenada y su uso en Genealogía. Excelente exposición de Concepción Camarero, catedrática de Geografía Humana de la UAM, entrevistada por Sonia Meza.
-Como muestra del interés genealógico del catastro aplicado a una población concreta, puede consultarse el artículo Familia y hacienda de los vecinos del Reino. Las Respuestas Particulares de Lebrija al Catastro de Ensenada (1751)
Hola, buenas.
Muchas gracias por esta publicación, me interesa muchísimo. Conocía la existencia de las preguntas generales, pero desconocía totalmente las particulares.
Mis antepasados son de la provincia de Salamanca. Hay alguna manera de saber qué está microfilmado y qué poblaciones no? Se puede consultar online?
Muchas gracias.
Catastro de Ensenada solo afectó a las provincias de la Corona Castilla (entre los que no se cuentan los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos).
Hola, estoy intentando hacer un árbol genealógico, ustedes me pueden ayudar o saben de alguien que me pueda ayudar a encontrar partidas de nacimiento?
Gracias
Casamientos en belvis
Buenas tardes, querría saber si conocen de otros censos realizados en el mismo siglo o posteriores que, tuvieran un grado de detalle similar a este. Muchísimas gracias.
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Hola,yo solo se que mis visaguelos se apellidaban , Castilla Nuñez Antonio y su esposa , Isabel Castilla Gallardo, que vivieron en Villanueva de Sn Juán.
Pingback: Doce Linajes de Soria – Los principales censos de población en España. Pecheros, hidalgos y clérigos; por D. José M. Huidobro
Nos gustaria saber mas sobre el origen y procedencia de nuestra familia, Muchas gracias
Debe de ser mi astigmatismo galopante, pero en el mapa de las provincias e intendencias no veo el Reino de Jaén.
Me refiero a la leyenda, por supuesto.
¡Pues es cierto! El IGN se olvidó de incluir a Jaén. La fuente es: http://www.ign.es/espmap/mapas_spain_bach/Espana_Mapa_04.htm
Ya ves, Antonio, habrá que recordarles que Jaén también existe.
Un saludo afectuoso,
Eloy J. Jiménez
Excelente artículo Antonio. Me parece muy importante dar a conocer los recursos de los que disponemos para nuestra investigación genealógica.
Si me lo permites puedo contar mi propia experiencia para ilustrar un poco más si cabe, la gran utilidad de este Catastro.
El apellido del Rey, de mi abuelo materno paterno, procede del pueblo de Higueruela, en Albacete. Se da la circunstancia de que la única parroquia del pueblo, Santa Quiteria, fue saqueada en los primeros días de la guerra civil española y sus libros parroquiales fueron quemados. Por ello mi investigación en esta rama tan solo llega hasta los principios del Registro Civil, en el año 1870.
Gracias al Catastro del marqués de la Ensenada de Higueruela, consultado en el archivo provincial de Albacete, averigüe que, en 1753 en el pueblo tan solo había una familia del Rey. Los del Rey Ballesteros, tres varones y dos mujeres, todos casados y con hijos. Y que el padre, procedía de Chinchilla de Montearagón, con lo cuál pude continuar con la investigación en este otro pueblo manchego, donde sí hay registros parroquiales hasta 1560.
Si bien queda un lapso de tiempo intermedio en el que no tenemos datos, por lo que no sabemos de cuál de los tres hijos varones de Josef del Rey Santa desciende Antonio del Rey casado con María Navalón hacia 1840 que eran mis cuarto abuelos.
Un saludo
Eugenio Coll del Rey
Hola Eugenio, gracias por tu comentario y por compartir tu caso. Desde luego Ensenada es también un padrón de vecinos que nos aclara si un apellido estaba muy extendido o era único, algo que nunca sabemos a priori.
Hay pueblos donde un apellido rarísimo es compartido por casi todos los vecinos y, sin embargo, constatamos que hay un solo García, por ejemplo, por lo que allí se invierten los papeles de qué apellido es más común. Y esto varía de pueblo a pueblo y va también por generaciones.
Suerte con la búsqueda de los antepasados que te faltan para enlazarlos. Los archivos alternativos a las partidas parroquiales dan para otro post 🙂